línea 1ª.- Vivimos entre otras cosas: juzgando, valorando los actos de otros, culpando, haciendo bulto, decidiendo los caminos, esperando mejoras, suponiendo cambios, buscando lo bueno, aconsejando, rechazando lo absurdo, mirando el pasado, planificando el futuro, rememorando afrentas, imaginando desdichas, guardando para luego, evitando la misma piedra, imitando maneras, siguiendo vidas ejemplares, tirando balones fuera, odiando, envidiando, criticando…
Olvidamos que mientras nos ocupamos de tanto, no vivimos nada.
Porque yo creo que vivir es sólo sentir, sin tomar partido.
Esto es difícil de entender y casi imposible explicar. Puede que me taches de frío, de insensible, de egoísta, de superficial, de irreflexivo y de mil cosas más, pero… (ir a la línea 1ª)
Entiendo que no puedas ver en mí, la euforia de la felicidad como la idealizas en tu imaginación; de música, luces y trompetas, pero es que mi felicidad no consiste en tenerlo todo, amar a todos, dejar que me amen, comer con gula, tocarme los huevos, tener amigos, despertarme a las diez, encontrar el camino, saber la verdad… y mucho menos querer que me vean como bueno, que no lo soy, como sabio, que apenas sé, como guapo, que ya estoy viejo y me ocupo poco de la apariencia, ni como feliz siquiera; no tengo nada que mostrar. Ahora creo que sé; mañana igual es mentira, que el hecho de vivir es, en sí mismo la felicidad, no pasar por la vida como un muerto sino “vivir la conciencia de estar vivo”, sintiéndolo todo.
Aunque a veces me gustaría vivir callado.
Aunque a veces me gustaría vivir callado
Artículo creado el: 20/06/2015

