Su objetivo es gobernar, cueste lo que cueste, para poder seguir mangoneando* y su método es crear odio, intolerancia y, cuando es necesario, mentiras; el fin justifica los medios.
Si Casado acusa a Sánchez de elegir sus ministros “a dedo” –como se ha hecho siempre; Art. 100 de la Constitución– es para generar confusión haciendo, que aplicar la ley parezca una fechoría. Y no lo dice porque lo crea, bien sabe que no es así, sino porque lo que quiere es polarizar la opinión con falacias escandalosas que, aun sin fundamento, revuelven el río, y ya se sabe; ganancia de pescadores.
Lo mismo pasa cuando Ayuso, que ya tenía el gobierno de la comunidad de Madrid, se apodera de la palabra libertad para ganar lo que ya tenía y deshacerse de sus hasta entonces socios de gobierno de Ciudadanos. Crea, para eso, una de las mayores incongruencias de la política contraponiendo la lucha por las libertades comunistas y socialistas a su tiranía disfrazada de Ángel bueno.
La constitución española: me opongo (la mitad de los diputados de AP).
Divorcio: me opongo.
Aborto: me opongo.
Matrimonios igualitarios: me opongo.
Eutanasia: me opongo.
Ley Trans: me opongo.
No todo está mal porque lo proponga el gobierno de Sánchez no todo está bien porque lo diga Casado ni viceversa.
Hay tonos intermedios. No es necesario comulgar con toda la política de un partido, no es imprescindible ser de derechas o de izquierdas, no todo está mal ni todo bien; quizá te disguste la gestión de la pandemia, pero te parece bien la subida del salario mínimo interprofesional, quizá estés en contra de las políticas europeas del gobierno, pero te parece necesaria la nueva ley trans, a lo mejor te parece bien que se mantenga bloqueada la renovación del CCGPJ del TC, del Defensor del Pueblo y ahora de los consejeros del Tribunal de Cuentas pero quieres un mayor reconocimiento hacia la violencia de género, etc.
Si no aumentamos nuestro nivel crítico y nuestra tolerancia hacia los que piensan distinto de nosotros, seguiremos siendo víctimas de la manipulación, víctimas de un ataque dirigido y metódico, principalmente de la derecha española, seremos, también, cómplices de una política tramposa, de permitir exacerbar y polarizar así la opinión pública.
En política se gana, o se debería ganar, por méritos propios, no haciendo parecer que el contrario lo hace mal.
Tanto si lo hace mal como medianamente bien o bien, ellos, la derecha conservadora, está ahí para disparar con cañones de mentiras a todo lo que sea gobierno. “De qué se habla que me opongo” que decía Unamuno –Aunque él lo decía para generar una discusión constructiva y aquí es todo lo contrario–. No se ve un ápice de colaboración, nada de arrimar el hombro, nada de remar en el mismo sentido, en el del bien de la ciudadanía, nada por el bien común; solo puedo apreciar sus irrefrenables ansias de poder.
Como el perro del hortelano
Artículo creado el: 23/07/2021
